LOS GENEROSOS PREPARANDO VINOBLE
Los
generosos cabalgan de nuevo
Una vez
más la reunión de los generosos crea grandes expectativas.
El comienzo de la reunión fue áspero, compacto
y duro. Era el trabajo penoso de las aprobaciones legales, con los matices de
cada uno y la singularidad de cada punto.
Una vez superado, el trámite legal, un brindis,
cambio las caras de los reunidos, comenzamos a sentirnos amigos, camaradas y
sensibles a la investigación de las sensaciones que nos dejan los generosos y
la gastronomía.
Los vinos fueron:
Manzanilla en rama Barbadillo saca de primavera
2014, alucinante, hace mucho que no catábamos algo así. La salinidad, unos
olores de levadura fresca, viva y con muchos matices. La unimos a cardo
y alcachofa, estofado con jamón. Cada vez que se disfrutaba de este plato y
posteriormente se bebía el vino era una lucha de poderes, que al final, se unían,
para aumentar las sensaciones.
Tio pepe fino en rama 2014, un vino de esta
época, que nos recordaba a los finos de hace años, donde la albariza, se deja
sentir y llena la boca. Lo acompañamos con perdiz de lechuga y sardina ahumada,
en donde la combinación quedo perfecta.
Los dos amontillados, se combinaron con cazón adobado, en su
punto de maceración y unos huevos fritos con patatas fritas y trufa fresca,
como los hacia mi madre, en la casa de Aranjuez.
Maestro Sierra, amontillado 1830, cerrado, tardo
en dar lo que tenia dentro, los olores empiriumaticos, café y los frutos secos predominaban.
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| El maravilloso Cazon |
Amontillado Viejo vinícola Hidalgo, según lo
cate, se me puso el vello de punta…mientras se comentaba si estaba más cerca de
un palo cortado, que de un amontillado. Empecé a levitar, los yogures con
mermelada de cítricos llegaron a mi mente, con una boca, larga, pero de buen paso
e inmenso postgusto, me hizo olvidar los problemas de la semana. Me cautivo
desde el primer momento y según escribo estas notas, todavía siento sus
sensaciones.
PX Pérez Barquero Finca La cañada. Un Montilla
Moriles, que deslumbro, en nariz: alcachofas, algarrobas, vegetales potentes,
pero agradables. La boca fue dulce, pero nerviosa por la acidez, nada
empalagoso, de cuerpo medio alto y un postgusto a regaliz, cacao y mieles. Luis
Olivan nos trajo una trenza de Almudevar, que las sensaciones hojaldradas, los
frutos secos y la yema, unieron a la perfección el vino y el postre.
A la gran mayoría de los socios, les podréis encontrar en
VINOBLE, su paraíso.
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